viernes, 11 de marzo de 2011

Ext. Cualquier plaza de un pueblo mexicano- día

Es un día soleado. La PLAZA tiene un quiosco en el centro, alrededor hay caminos empedrados, jardineras con pasto y flores que empiezan a nacer. Cruzando las cuatro calles que rodean la plaza hay tiendas donde venden helados, churros, recuerdos, etc. En uno de los lados hay una catedral. Todas las construcciones son de la época colonial. En una banca, dos viejitos de aproximadamente 78 años, platican y ríen. Algunos comen helado. Hay niños jugando Fut- bol y otros caminan al rededor del quiosco.

ROSA (31) lleva un vestido de flores y unas sandalias, es morena y mide aproximadamente 1. 68 m. Esta cruzando la plaza. Va de la mano de RAMIRO (3), viste unos shorts y una playera, con la mano que tiene libre abraza un OSO de peluche.

Por el extremo de una calle entra un TANQUE del ejército mexicano, por la escotilla superior se asoma un hombre vestido de soldado y con casco, ve por la mirilla de un RIFLE con el que apunta en todas direcciones. El tanque avanza muy despacio.

La gente se detiene y se calla. Voltean a ver el tanque, se voltean a ver entre ellos, toman sus cosas y caminan apresurados. Poco a poco la plaza y sus alrededores se van vaciando. En pocos minutos solo se escucha el viento.

Rosa se da cuenta de la tensión que genera la presencia del tanque, aprieta el paso y jala a Ramiro para que se apure. Ramiro, sin querer, suelta al oso y empieza a poner resistencia.

RAMIRO
¡Pero Mamá! Panchito se cayó.

Rosa hace un esfuerzo para jalar a Ramiro, pero él con todo el peso de su cuerpo jala hacia el otro lado.

ROSA
Camina Ramiro, tengo prisa.
Ramiro se logra zafar de los brazos de Rosa y corre en dirección al oso. Rosa se detiene.

Entra, por la calle contraria de donde esta el tanque, una CAMIONETA Durango negra con cuatro hombres dentro. Va muy rápido y al ver a los soldados da una vuelta muy cerrada haciendo chirriar las llantas. El soldado que asoma del tanque y el conductor de la Durango se ven a los ojos por un segundo.

Ramiro esta agachado recogiendo al oso y escucha el chirriar de las llantas. Se levanta y voltea para los dos lados, ve el tanque y luego la Durango.

El tanque y la camioneta siguen avanzando. El conductor y el soldado dejan de verse a los ojos. Se escucha un disparo, en respuesta, le siguen una tormenta de disparos que vienen tanto de la camioneta como del tanque.

Ramiro cae al piso y una mancha de sangre empieza a crecer al rededor de su cabeza.

Rosa, impasible, ha visto toda la escena parada desde el lugar en el que Ramiro se soltó.

El tanque y la Durango empiezan una persecución y se van de la plaza.

Rosa, en shock, corre al lugar donde yace Ramiro.