domingo, 23 de agosto de 2009

Es

Es un impulso de seguir buscando. No necesariamente respuestas. En muchos casos, preguntas.

domingo, 16 de agosto de 2009

Lo mejor

El mejor sentimiento es re encontrarte con los amigos (personas) que más quieres en el mundo.

*J especial dedicación para ti.

Andrés

La policía encontró unas cartas, que nunca habían sido enviadas como única evidencia de lo que pudo haber pasado con Andrés después de su desaparición. A los seis meses de investigación se cerró el caso por falta de pruebas y pistas para continuar, además de que nunca nadie reclamo que siguieran con las averiguaciones.
Andrés era un tipo de unos 33 años apróximadamente. Llevaba una vida completamente rutinaria. Desde que era pequeño siempre hacia lo que debía y lo que los mayores le decían. Asistía a la escuela y sacaba calificaciones normales, era callado y tenía pocos amigos. Nunca destacó en nada, ni bueno ni malo. Cuando terminó la escuela fue a la universidad y estudió administración de empresas, más tarde tuvo un trabajo al que asistía de traje. Usaba colores dentro de la escala del gris. Tenía un buen sueldo que le alcanzaba para vivir con algunos lujos. No soñaba con mas.
Andrés nunca se había enamorado, ni tenía un especial interés en las mujeres. Creía que no había nacido para esas cosas y así era feliz. Hasta que conoció a la persona que cambió su vida radicalmente.
Andrés, estaba en el área de comida rápida en un centro comercial cercano a su oficina. Se acercó una mujer para pedirle, que si podía compartir su mesa, pues todas las demás estaban llenas. Aceptó. La mujer, Daniela, era linda pero nada fuera de lo común. Lo que motivó a Andrés, que normalmente era muy tímido, a pedirle su teléfono fueron su carisma y su sonrisa. No platicaron mucho ese tiempo pero se cayeron bien y los dos sintieron algo raro en el aire. Andrés tuvo su teléfono y al día siguiente le habló. Otra vez compartieron mesa y salieron algunas semanas.
Él creía que era tiempo de formalizar. Organizó una cena en su casa para los dos. Velas, música, flores y todo lo que involucra una cena romántica. Comieron, tomaron vino y platicaron. Llegaron al momento que Andrés creía conveniente para pedirle a Daniela que fuera su novia.
Daniela no aceptó, dijo que no estaba preparada para formalizar y que tenía planes en los que no había alguien más involucrado, que lo mejor sería que se separaran. Se despidieron y después de esa noche nunca se volvieron a ver. Él no estaba de acuerdo con la forma en la que pensaban las mujeres modernas.
Andrés quedó destrozado, en poco tiempo se había enamorado con una fuerza que equivalía a todas las veces en su vida que no lo hizo. En verdad creía que podría llegar lejos con esa mujer y por única vez en su vida vio a alguien con quien compartir todo. Sus planes e ilusiones que forjó en días, para el resto de su vida se habían derrumbado.
Nunca volvió a la normalidad. Perdió todo el sentido de su rutina, no le importaba lo que comía ni lo que hacía. Cuando iba al trabajo se dedicaba a escribir enormes cartas para Daniela dudando mandarlas, las llevaba a su casa y ahí las releía varias veces, nunca las envió.
Lo despidieron del trabajo. Ese mismo día tomo la decisión. Con algunos ahorros compro un boleto de avión, en efectivo, con destino a una isla del Caribe, donde solo habitaban nativos que aún tenían costumbres rudimentarias. Andrés dejó todas sus pertenencias en su casa y no le aviso a nadie sobre su partida. En la isla se unió a los nativos y vivió como uno de ellos, realizaba trabajos de pesca.
Tomó como compañera a una muchacha mucho mas joven que él. Trató de reflejar todas las características de Daniela en ella, pero la verdad, eran muy diferentes, nunca lo logró por lo que tampoco llegó a quererla. No quería arruinar la vida de la joven por lo que le aconsejo que buscara el amor.
Andrés ahora se hace viejo y esta solo. Disfruta mucho la vida sencilla y sin comodidades en la isla. Más de lo que jamás lo hubiera hecho rodeado de cosas materiales.

jueves, 13 de agosto de 2009

El Principito

" Para mí, este es el más bello y más triste paisaje del mundo.
Es el mismo paisaje de la página anterior; yo lo he dibujado una vez más para que lo vean bien. Aquí fue donde el principito hizo su aparición en la Tierra para luego desaparecer.
Mirad con mucha atención este paisaje y aseguráos bien de que podréis reconocerlo, si algún día viajáis por el Africa, en el desierto. Y si llegáis a pasar por ahí, os ruego: mo os apresuréis; esperad un momento, exactamente debajo de la estrella. Si entonces un niño se acerca hacia vosotros, si ríe, si tiene cabellos dorados como el oro, si no responde cuando se le formula una pregunta, adivinaréis al instante quién es. No me dejéis tan triste. Escribidme en seguida diciéndome que el principito ha vuelto. "
- Antoine De Saint Exupéry

sábado, 8 de agosto de 2009

Si quieres tener éxito inmediato...

toma cualquier ser mitológico y conviértelo en el galán de moda.

viernes, 7 de agosto de 2009

No soy buena para expresar mis sentimientos ni mis ideas...
Pero bueno Joaquín escribió en su blog que Jarvis Cocker le dijo que Leonard Cohen dijo:"It's easy to show a scar, It's hard to show a pimple."
Así que, a echarle ganas.

La mujer del cuadro

No era la primera vez que entraba a ese lugar. Pero esa vez reconocí todo de una forma distinta, los muebles, los cuadros y hasta las plantas. Era un recuerdo lejano como de otros tiempos. Sentía una familiaridad extraña con todos esos objetos, no podía ser de las tres o cuatro veces que los había visto en esa casa, era algo más.

Al principio trate de ignorarlo todo, seguramente estaba imaginando cosas. Fue cuando advertí los ojos de aquella mujer del cuadro, supe que algo anormal me estaba pasando. Trataba de no mirarla pero al mismo tiempo atraía toda mi atención. Parecía que intercambiábamos miradas. Algo imposible pues ella estaba pintada. Cada vez que pasaba esto, en mi mente se agolpaban un montón de imágenes desconocidas para mí.

Trataba de concentrarme en la plática general, pero en mi interior solo pensaba qué podían ser esas imágenes. Cambie de lugar y me senté en un sillón dándole la espalda a la mujer del cuadro, ahora tenía la imagen en mi mente. Seguían llegando escenas muy raras y completamente desconocidas a mi cerebro.

En esos momentos ya no tenía idea de lo que hablaban los demás, estaba completamente agotada. Me quede dormida.
Estaba en una casa de estilo antiguo, todo era de madera. Se veía nueva, parecía que la acababan de estrenar. Fue cuando di un paso que me hice conciente de todo mi cuerpo, realmente estaba muy incómoda. Tenía puesto un vestido morado con olanes, en la parte de arriba un corsé, en la cadera se agrandaba y se hacía esponjoso, llegaba hasta el piso. Los zapatos estaban muy apretados, tenían un ligero tacón. En mi cabeza el pelo estaba restirado, por la espalda caían como una cascada gruesos bucles. Cada movimiento era una tortura.

Por el olor que había en toda la casa, debían estar cocinando. Camine a la cocina y no encontré a nadie, el agua escurría de una olla, apague el fuego. Afuera se oía un tumulto. Disparos, gente gritando y llorando. Tocaban, más bien, golpeaban la puerta con tal fuerza que parecía que la iban a tirar. Era una mujer indígena con un bebé en brazos. Abrí, la mujer entro corriendo y me rogó que cerrara la puerta, si no la matarían.

Me explicó que habían llegado federales de toda la zona para matar a los indígenas que todavía vivían al rededor de las rancherías, últimamente los señores se quejaban de que robaban a su ganado, incluso de que se habían metido a las casas. La señora me juro que no habían sido ellos, pero siempre los hacían pagar.

Yo tenía mucho miedo, si nos descubrían, podrían matarme a mi también. Oculté a la mujer en la despensa y le rogué que calmara a su hijo.

Volvieron a tocar la puerta, era un federal. No podía controlar mis nervios, seguro me atraparía. Abrí la puerta con todo el cuerpo temblando. Escuchó un quejido del bebé, me preguntó si todo estaba bien. Me explicó lo mismo que la mujer hace unos momentos, claro su versión de los hechos. Me pidió que cerrara bien toda la casa y no le abriera a nadie.

Se escuchaba mucho ruido afuera, estaba muy asustada, no entendía nada.
Corrí a la despensa, ahí seguía la mujer indígena con el niño, le dije que aún no podía salir, teníamos que esperar a que se calmaran las cosas.

Mucho ruido y un golpe muy cerca, habían tirado la puerta de la entrada a balazos. Eran indígenas tratando de salvar su vida a toda costa. Me apuntaron con el arma y me ordenaron que me fuera. Salí de mi casa y corrí, todo lo que pude a refugiarme. No fue suficiente, sentí el impacto de un balazo en el pecho, caí inmediatamente, sentí una fuerte opresión en la pierna y en la cabeza, creo que fue un caballo. Lo último que pude escuchar fueron gritos confusos.

Desperté. Me hallaba sola en ese cuarto. La mujer del cuadro me estaba mirando, todas las imágenes pasadas llovieron a mi mente y tomaron sentido. Yo era la mujer del cuadro.

domingo, 2 de agosto de 2009

A veces

siento que la gente se burla de mi cuando me cuenta cosas que parecen importantes y yo los escucho con mucha atención.