miércoles, 11 de marzo de 2009

La pinchurrienta vida del ¡Ay wey!

¡Ay wey! no es un ser común y corriente, nunca lo fue. Desde pequeño opto por ser raro, cambió los balones de fut bol, por libros de filosofía avanzada, desarrollando una terrible manía de llenar los bordes de las páginas con una letra minúscula que nadie jamás entendería. Nunca le gustaron los villancicos, hasta la fecha prefiere escuchar en su viejo disk-man alguna melodía de Pink Floyd a todo volumen. En la escuela prefirió a una guitarra como su única compañera, por encima de los demás compañeritos que siempre lo miraron con cierta desconfianza.
Nunca aprendió a tocar la flauta dulce, requisito para aprobar las clases de música en secundaria pues sentía que traicionaría a Simone, su guitarra. No creía en sus estrictas clases de religión, y desde antes de leer a Nietzsche sospechaba que dios no existe, este, factor esencial cambiaría la vida de ¡Ay wey! para siempre, y sin posibilidades de regreso. El sabía que era diferente, pero esta idea siempre lo hizo feliz, amaba su guitarra y sus libros, su disk-man y la posibilidad que le ofrecía el mundo de poder pensar distinto a como lo hacia el resto de la gente que conocía, hasta que su peculiar forma de vida lo llevó a descubrir algo, que, daba una sensación de vacío infinito, pero a la vez era tan agobiante que costaba trabajo respirar, supo y lo supo para siempre, estamos solos en el mundo, desamparados y no hay nadie que nos protege mas allá, lo único gracioso del asunto es que cuando él llegó a esta conclusión la única expresión que salió de su boca fue, -"¡Ay wey!"- una frase tal vez chistosa y carente de sentido pero que en el fondo engloba todo lo que su descubrimiento lo hacía sentir, demasiadas cosas que serían imposibles de describir.
Después de este hecho tan importante, ¡Ay wey! por supuesto que estudió filosofía, cada vez leía más con ganas de absorber todo y poder encontrar un consuelo en el mundo inhospitalario en el que se encontraba, ya nada era como antes, ni siquiera la forma en la que miraba a los demás, que no tenían idea de lo que el sabía y vivían tan felices sin ello, por momentos los envidiaba, otras veces no, pero nunca pudo dejar de mirar con cierta nostalgia la felicidad ficticia que el mundo hospitalario había creado para ellos.
Cada vez, se encontraba más inmerso en los únicos y momentáneos placeres que la vida le otorgaba, su música y sus libros, ahora en su adolescencia había descubierto un placer nuevo y exquisito, las mujeres, nunca se hartaba de ellas, y gracias a su atractivo natural y a su adquirido poder de retórica siempre lograba obtener a la que quería. Unos años más tarde con más libros leídos que tal vez todo un país y un título de filosofía en la mano, se dio cuenta de que realmente sus opciones eran limitadas, pues en la sociedad nadie quería filósofos, ni en general gente pensante, hizo lo que le quedaba, se convirtió en maestro, un trabajo que la mayoría de las personas considerarían insignificante, pero lo que ellos no sabían y el sí es que son los maestros, los que moldean las mentes de sus hijos, de las famosas "nuevas generaciones". Puesto que desde entonces desempeña y utiliza para transmitir las inquietudes que le surgieron a él cuando niño, viendo mientras da sus clases como cada hora las caras de sus alumnos van adquiriendo razgos de confusión y de miedo, sintiéndose identificado en cada rostro, disfrutando y encontrando en cada gesto lo mismo que el sintió, vengándose a través de los hijos, de la sociedad que siempre lo hizo a un lado, repitiendo en cada clase, con cada conocimiento nuevo que revelaba a los alumnos que nunca volverían a sentirse cómodos en el mundo las palabras -¡Ay wey!- como un recordatorio de, al parecer una frase chistosa y carente de sentido pero de la que solo el sabía el significado verdadero. Pues como dijo alguien importante, cuando la mente se abre a un conocimiento nuevo es imposible de cerrar. Y creo, imposible de olvidar.

5 comentarios:

  1. yeiii soy la primera en comentar... sigue así y llegarás muy lejos!! jajaja pero es en serio

    UNPRES

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  2. Listo!! He ahí tu apodo!! Saliste ganón...Checa esto Pia: zooduc, y ahora será tu tarea hacer la composición con las palabras verificadoras, ya que mi creatividad es bastante más limitada...

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  3. jajaja nombre pero con los tesoritos que salen, x ejemplo, ahorita smatali, cuando juntemos 20 tratare jjaj no prometo nada, bien ya eres ay wey lo unico q te falta es convertirte en maestro jaja.

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  4. airearth está bn cool y ambiental

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