jueves, 9 de junio de 2011

Este cerebro no es mío

ME ENCONTRÉ ESTE CUENTO QUE ESCRIBÍ EN EL 2007. SALVO ALGUNOS ERRORES DE ESTILO Y COSITAS DE LA HISTORIA CREO QUE NO ESTA NADA MAL.

El cuarto estaba oscuro y frío, las paredes eran de ladrillo, el silencio absoluto daba la
sensación de estar en medio de la nada. Le dolía la cabeza. Sentía que iba a estallar en
cualquier momento, el ardor y los mareos no eran normales. Trató de caminar hasta
la salida del cuarto pero tuvo que hacer tres pausas: algo pasaba con sus piernas que
se movían muy lento. Cuando al fin logro salir, el sol lo cegaba. Nunca creyó que lo
volvería a ver, después de todo llevaba 12 años encerrado y lo habían condenado a cadena
perpetua. No se le ocurría ninguna razón por la cual estaba afuera. Se quedo un rato
contemplando el sol. No recordaba que fuera tan bello y tan amarillo, hace 13 años hubiera
pensado que lo había contemplado toda la vida y no representaba nada especial.
”¡Dr.
Vermont! ¡Dr. Vermont!.” “¿Qué pasa Tony?.” “El experimento 01 ya despertó y salió
de la bodega.” “Excelente, ¿muestra algún signo de anormalidad cardiaca o problemas
respiratorios?” “No, pero al parecer algunas habilidades motoras están fallando.” “Qué raro,
se suponía que eso debería estar bajo control, pero no dejes de observarlo.”
El Dr. Franklin Vermont se dirigió a la sala de juntas del laboratorio nacional de Suiza para
que se llevara a cabo la junta con el presidente Simpson. El Dr. Vermont llevaba un rato
esperando cuando entró el presidente seguido de sus incondicionales asistentes, Andrew y
Robert.
El Dr. Le dijo al presidente “Al parecer la operación fue todo un éxito, el experimento 01
después de 6 meses de estar bajo intensos cuidados médicos desde la operación fue liberado
en una bodega al sur de la ciudad. Ya despertó y sin problemas de salud aparentemente.”
A lo que el presidente le contesto “¿Eso quiere decir que solo unos meses más y estaremos
listos para utilizar los cerebros a nuestro antojo?.”
Vermont le contestó “Sr. Presidente el experimento ya esta muy avanzado y me he
planteado algunas preguntas que me hacen dudar sobre si debemos seguir adelante.”
Presidente “Eso puede representar un problema, ¿De qué tipo de preguntas se trata?.”
Vermont sacó de su portafolio una hoja y comenzó a leer “Si se logra satisfactoriamente
el experimento tendríamos en nuestras manos un gran poder. Podríamos transplantar
cerebros reales por artificiales por lo que surgen preguntas morales y éticas como ¿Un
individuo que tenga un cerebro artificial será considerado una persona o un robot?,
¿Estamos desafiando las leyes de la vida?, ¿Tenemos el poder de llevar a la humanidad
tan lejos? Además de que pueden ser usados con un fin diferente al médico, no podemos
controlar en manos de quien caiga en un futuro, podría ser utilizado como un arma de
guerra, Sr. ya no sé si sea lo correcto continuar.” El presidente un poco molesto “Claro
que vamos a continuar después de todo yo financié todo el proceso y en gran parte esto
me pertenece, todas esas preguntas no tienen importancia para mí la gente puede hace
lo que le plazca y en cuanto a mí el nuevo invento me será de gran utilidad.” Vermont
también molesto le respondió “Sr. no estoy de acuerdo mi invento puede ser algo muy
peligroso para todos estoy completamente seguro de que deberíamos eliminar todo signo de
que alguna vez existió.” El presidente enojado pero guardando la calma le dijo “Estás muy
equivocado, si no te gusta puedes abandonar el proyecto tú ya hiciste tu parte.” Vermont
en tono autoritario “Muy bien pero le advierto.”El Presidente lo interrumpe y enojado le
contesta “Tú a mí no me adviertes nada, tienes una hora para abandonar el edificio en esto
ya no tienes nada que ver.”

El Dr. Vermont se encontraba en el laboratorio recogiendo todas sus cosas cuando decidió
que no les dejaría el camino tan fácil, se robó toda su investigación, apuntes y
observaciones dejándolos sólo con el cerebro y la ayuda de los científicos auxiliares.

Pete llevaba una hora caminando desde que había salido de la bodega y todavía no se
explicaba porqué sus piernas no funcionaban bien además de que ahora parpadeaba sin
ningún control pero lo que más preocupado lo tenía era que había descubierto algo muy
raro en su cabeza, parecía una cicatriz que iba de una oreja a la otra recorriendo todo el
cráneo. Se sentó a tomar otro descanso cada vez se sentía peor y encontraba más
anormalidades en su cuerpo, de repente sintió una picazón insoportable en la pierna
izquierda arriba del tobillo se rascaba con una fuerza que no podía controlar y su pierna
comenzó a sangrar pero la picazón seguía siendo insoportable y no pudo parar de rascarse,
ya se había rasgado un buen cacho de la pierna cuando sintió algo duro que brincó, lo
agarró y vio que era una cosa en forma tubular, era pequeñísima como de medio
centímetro, Pete intuyó que eso tenía que ver con todo lo que le estaba pasando, estaba
cada vez más confundido y el dolor de cabeza era tan intenso que no aguantó y se desmayó.
Tenía mucha fiebre y se encontraba en un estado de semiinconsciencia. Por su cabeza
pasaban imágenes muy raras: alguien entraba a su celda y le inyectaba algo, estaba en un
quirófano y le ponían una mascarilla con anestesia, despertaba en una sala de hospital, veía
a unos médicos hablando por encima de su cabeza pero no podía entender nada, veía la
puerta del cuarto que tenía un enorme letrero que decía “transplante satisfactorio”, iba en
un coche, unos tipos vestidos de negro lo arrojaban a una bodega. Pete se quedo tirado
hasta que poco a poco fue recuperando la conciencia y empezó a hilar todos los
acontecimientos de los que se acordaba, llegó a la conclusión de que por más disparatado
que sonara le habían cambiado el cerebro, pero cómo era posible si seguía siendo la misma
persona, no se le ocurrió nada más pero volvió a ponerse en marcha dispuesto a encontrar
el fondo de todo.

En el laboratorio nadie se había dado cuenta de que faltaban los papeles del Dr. y es
que había un estado de alarma porque el microchip que le habían instalado al experimento
01 ya no estaba funcionando, solo decía la ubicación geográfica pero ya no indicaba
frecuencia cardiaca, respiratoria ni nada sobre el funcionamiento del cuerpo del
experimento.
Cuando el microchip llevaba mas de dos horas en el mismo lugar, le informaron la
situación al presidente decidió enviar a la policía secreta a buscar al experimento para
llevarlo de regreso al laboratorio y de paso también mando a buscar al Dr. por si las dudas.

Cuando Pete empezaba su búsqueda se dio cuenta que realmente lo único que tenía era el
recuerdo de las caras de los médicos del hospital, aún no se había dado cuenta de que el
microchip se había quedado tirado en el lugar donde quedó inconsciente, no tenía
idea hacía donde ir lo único que tenía en mente era encontrar al culpable.
Caminó en dirección a la ciudad.
El Dr. se encontraba en la central de autobuses y se dirigía a tomar un descanso y aclarar su
mente en las afueras de la ciudad.
Por el radio del autobús escuchó que decían que iba a empezar una exhaustiva búsqueda de
un tal Dr. Franklin Vermont que seguramente se encontraría viajando. El Dr. estaba muy
exaltado y seguro de que ya sabían donde estaba, seguramente lo matarían.

La siguiente parada era en medio del campo, fue el único que se bajó, entre tanto
nerviosismo lo único que se le ocurrió fue ir lo más lejos posible y empezó a correr
desesperadamente.

Mientras Pete caminaba tenía la mente ocupada pero no en sus planes sino en su pasado,
iba recordando todo lo que había hecho que lo hizo terminar en la prisión de máxima
seguridad, todos los asesinatos que había cometido y a todas las familias que había hecho
sufrir la verdad es que seguían sin causarle culpa porque todo el coraje que les había tenido
a esas personas valían lo que les pasó.

El Dr. seguía corriendo en dirección hacia el campo, mientras más alejado estuviera de la
carretera más difícil sería encontrarlo, Pete por su parte seguía su camino tranquilo pero a
paso firme seguro de que cuando encontrara al responsable lo mataría. Pete se asustó
cuando vio a un hombre que se le estaba acercando a toda velocidad, la sorpresa del Dr. al
ver a ese hombre fue mucho mayor pues reconoció al experimento 01, cuando se toparon
frente a frente el Dr. vio de cerca la cicatriz y estaba realmente asustado, dijo para sí mismo
–sí es- pero Pete logró escucharlo y de pronto volvió a tener el recuerdo de los doctores
hablando, no estaba seguro si era pero podría ser, consiguió atraparlo y muy enojado lo
empezó a cuestionar “¡Tu eres el Dr. Que me hizo esto verdad!”, “¡Vas a pagar, te voy a
matar!”. El Dr. temeroso empezó a gritar “¡Estoy arrepentido, puedo explicarlo!”, Pete con
la cara roja de furia y aún gritando le contestó “¿Cómo te atreviste a hacer algo así?”, “¡Soy
un monstruo!”, “¡Vas a sufrir lo que yo!”. En un intento desesperado el Dr. Le
respondió “Si me matas tu también vas a morir no va a haber nada que puedas hacer”. Pete
recapacitó un momento y dijo “Quiero que me expliques como paso todo”. Vermont le dio
una amplia explicación de lo que paso desde el principio hasta que surgieron sus dudas y
escapo. Pete que seguía enfurecido con gritos que apenas se entendían le contesto “¡Claro
que su jugetito esta mal!, ¡No se puede jugar con la vida de las personas!, ¡Todo tiene un
principio y un fin y así debe de ser!, ¡Yo nunca quise ser un robot y ahora lo soy ya no
tengo esencia ni lo que me hacía ser yo, ahora solo soy una copia de datos en una máquina
y un cuerpo!.” “¿Y ahora que?.” El Dr. Un poco más clamado le dijo “El gobierno me
busca y tú estas bajo vigilancia, lo mas seguro es que pronto nos encuentren, seguramente
me mataran y a ti...bueno, algo parecido” Pete no se había quitado del todo la idea de
matarlo de una vez pero le preguntó “¿Ya no hay nada que hacer, si tu de todas formas te
vas a morir, que me puede salvar?” Vermont “¿Seguramente tu también vas a morir pues
este experimento todavía tiene muchas fallas?” Pete “Debe haber algo, no podemos
quedarnos así, tenemos que destruir todo, antes de que sea el fin para los dos. Ya no nos
queda nada y no voy a permitir que se sigan con esto.” Vermont estaba tratando de prender
un montón de hojas secas, Pete lo miró extrañado y le pregunto “¿Qué haces nos van a
descubrir por el humo?” Vermont un poco emocionado le contesto “Voy a quemar todos
los papeles, estoy acabando con toda la evidencia” Pete le respondió “Es lo último que
podemos hacer, lo demás no esta en nuestras manos”. El Dr. Logró prender la fogata que
les sirvió para calentarse, entre largos silencios y charlas cortas, esperaron a ser
encontrados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario